martes, 26 de noviembre de 2013

Cilio creciendo a partir de un centriolo


 Centriolos perpendiculares entre sí


 Cloroplasto
 Cloroplasto (esquema)


 Aparato de Golgi


 Mitocondria



Retículo endoplásmico


 Retículo endoplásmico rugoso (coloreado)
En rojo los ribosomas


Citoesqueleto (esquema)
Citoesqueleto
(colores virtuales con fluorecencia)


viernes, 22 de noviembre de 2013

Cactus y ordenador



¿Es verdad que los cactus absorben las ondas emitidas por el ordenador?


PREGUNTA: ¿Los cactus realmente absorben la radiación emitida por las pantallas del ordenador? ¿Ayuda eso a la salud de nuestros ojos?

En algunas tiendas, normalmente situados al lado de la caja, hay pequeños cactus que se venden como ‘Cactus de ordenador’, que supuestamente absorben las radiaciones electromagnéticas que estos aparatos emiten.
Tal afirmación no tiene ningún fundamento.
Existen muchos tipos de radiaciones electromagnéticas, desde la luz visible, la infrarroja, microondas, ultravioleta, rayos gamma, rayos X…. Algunas son dañinas para los seres vivos y otras no.
Las radiaciones dañinas son las ionizantes, entre las que figuran los rayos gamma o los rayos X, entre otras. Son radiaciones muy penetrantes, es decir, con una longitud de onda muy corta y capaces de romper enlaces químicos. De esta manera alteran los tejidos vivos. El efecto sobre la salud depende de la cantidad que se reciba.
Existe un umbral por debajo del cual la exposición no acarrea consecuencias dañinas. Por eso, por ejemplo, podemos hacernos radiografías con rayos X sin que nos afecte. El sol, las rocas y los rayos cósmicos son fuentes naturales de radiaciones ionizantes y a las que nos exponemos todos los días, pero la cantidad es tan pequeña que no nos produce ningún efecto.

Los ordenadores no emiten este tipo de radiaciones dañinas. ”Emiten radiación visible proveniente de los monitores y pantallas, radiación infrarroja porque el ordenador está caliente y el wifi y el bluetooth emiten microondas de baja frecuencia, que son parecidas a las que emiten los teléfonos móviles”, explica a RTVE.es Mario Herrero Valea, vocal del Grupo Especializado en Divulgación de la Física de la Real Sociedad Española de Física.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El peligro de las grasas hidrogenadas


Tambien las llaman el asesino silencioso. Se trata de las grasas hidrogenadas. Se incluye información sobre las grasas saturadas.
Clasificación de las grasas

Las grasas pueden clasificarse en tres grupos: grasa saturada, grasa hidrogenada y grasa insaturada. Estos términos se refieren a la estructura de las moléculas que las forman. Las dos primeras son sólidas a temperatura ambiente y la tercera es líquida en las mismas condiciones. Las grasas saturadas y las hidrogenadas se deben ubicar dentro de las grasas perjudiciales, dado que su consumo aumenta el colesterol en la sangre. Los alimentos de origen animal de sangre caliente (salvo mamíferos marinos y animales que habitan en climas extremadamente fríos), y los productos lácteos como quesos y mantequilla, son las principales fuentes de ácidos grasos saturados. También se pueden encontrar en productos vegetales como la crema de cacao, aceite de palma, cacahuate y coco. Se debe tener presente que existen gran cantidad de alimentos de consumo masivo que no poseen colesterol en su composición, pero sí grasa hidrogenada, cuyo efecto final es el aumento del colesterol en la sangre.

El aceite de palma es saturado hasta en un 50%, su composición en promedio es:

* 40-48% ácidos grasos saturados (principalmente palmítico)
* 37-46% ácidos grasos monoinstaurados (principalmente oleico)
* 10% ácidos grasos poliinsaturados.

El aceite de coco es un aceite vegetal conocido también como mantequilla de coco. Es una substancia grasa que contiene cerca del 90% de ácidos saturados extraídos mediante prensado de la pulpa o la carne de los cocos.

Las grasas saturadas se emplean básicamente como fuente de energía, el problema es que tienen la tendencia a agruparse y pegarse, depositándose en las células, órganos y arterias en forma de colesterol (LDL), provocando serios problemas de salud (cardiovasculares).

Por lo tanto hay dos grasas que obstruyen las arterias, las saturadas y las hidrogenadas, pero el problema es que mucha gente desconoce que las grasas hidrogenadas a pesar de ser de origen vegetal, actúan como las saturadas y las ingiere de forma masiva gracias a enormes campañas publicitarias de sus deliciosos productos en los que se crea una conciencia global de que comer de esa forma es normal.

¿Qué son las grasas trans o hidrogenadas?

Imaginaos que somos un fabricante de alimentos y queremos crear unos bollitos de lo que sea. Estos bollitos llevarán algún tipo de grasa (por ejemplo, aceite de girasol) pero, ¿cómo es el aceite de girasol a temperatura ambiente?: Líquido. ¿Y a qué nos llevará uilizar una grasa líquida? Pues a que, una vez creado dicho bollito, se quedará totalmente impregnado (por no decir flotando) en aceite ... y sobra decir que el aspecto que tendrá este bollito no será muy apetecible, luego no se venderá demasiado.

Para solucionar este problema, los fabricantes ponen el aceite vegetal a una temperatura muy alta para después inyectarles hidrógeno. Este hidrógeno hace que el aceite se vuelva sólido a temperatura ambiente y, por lo tanto, el bollito que antes estaba flotando ahora está compacto y más apetecible para los ojos. Esta composición de aceite vegetal (y más ingredientes) e hidrógeno se llama margarina.

Los ácidos grasos poliinsaturados de estos aceites vegetales cambian su estructura natural, llamada cis, por una artificial de tipo trans.

De esta manera, las grasas insaturadas se convierten en saturadas por la hidrogenación. Por lo tanto, la composición y la estructura de las grasas del aceite que se anuncia como 100% vegetal acaba teniendo poco que ver con las de un aceite vegetal natural, ya que las grasas hidrogenadas no existen en la naturaleza.

Los fabricantes emplean este tipo de grasas por su bajo coste y porque los productos elaborados con grasas hidrogenadas pueden permanecer durante más tiempo en las estanterías de los supermercados ya que estas grasas tardan más tiempo en enranciarse.

También algunos tratamientos domésticos, como la fritura, pueden acabar transformando los ácidos grasos en trans. Una fritura mal realizada acaba por oxidar y descomponer el aceite, modificando su estructura. Por eso se recomienda el uso de aceite de oliva virgen, no superar nunca los 180º C y no reutilizar el aceite más de tres veces.